Autor: anónimo
La palabra trabajo viene de trabajar y esta del latín tripaliare. Tripaliare viene de tripalium (tres palos). Tripalium era un yugo hecho con tres (tri) palos (palus) en los cuales amarraban a los esclavos para azotarlos.
Se celebra en todos los paíeses el «día del trabajo»… aveces pienso que es un ritual de la Élite a la que servimos…incluso la Iglesia nos llama corderos…
Así que, según su etimología, el trabajo es un tipo de tortura.
El tripalium («tres palos») se usaba en el Imperio Romano para inmovilizar caballos, cerdos, o bueyes, y así poder herrarlos o examinarlos. Luego se usó para castigar esclavos.
De «tripalium» surgieron, entonces, las palabras «trabajo», «travail» (francés) «travaglio» (italiano), y «trabalho» (portugués).
Pero también en las lenguas germánicas y eslavas el origen de «trabajo» tiene que ver con el sufrimiento. En alemán, «arbeit» sugiere esfuerzo y sufrimiento. En inglés, «work» viene del gótico «wrikan», que implica persecución. Y en eslavo, «rabota» significa tarea forzada.
Yo me escandalizo cuando oigo a alguien decir «me gusta mi trabajo». Naturalmente disculpo su ignorancia. Sería aceptable decir me gusta la actividad o la profesión -el fundamento de lo que hace-.
¿Cuál es el poder de la palabra? Nuestra vida toma acción y reacción dependiendo de las palabras que pronunciamos o decretamos, de allí radica que debamos pensar lo que decimos, ya que de esa forma nos evitamos muchas situaciones desagradables. Aunque muchos no lo crean las palabras tienen el poder de destruir o construir vidas, cuando decimos algo fuera de lugar es posible que podamos incluso destruir el autoestima de alguien. Lo ideal es que podamos reeducar, alimentar y restaurar nuestro vocabulario, ya que a medida que vamos creciendo o madurando vamos perdiendo poco a poco nuestra inocencia. Esto contribuye a que nuestra capacidad de crecer disminuya, lo que nos lleva a dudar de nosotros mismos, a pensar sólo en lo negativo y feo, en vez de enfocarnos en lo mejor y lo positivo de la vida.
Generalmente cuando hablamos no prestamos mucha atención a lo que decimos. Creemos que las palabras carecen de importancia alguna en nuestra vida, pero no es así, por el contrario, todo absolutamente todo lo que decimos es lo que decretamos en nuestro día a día. Por ejemplo, cuántos de nosotros, al preguntarnos alguien por nuestro estado financiero, decimos una palabra que encierra una gran carga energética, “mal”. Esto es más que describir como estamos financieramente, es una carencia de espiritualidad y agradecimiento a la vida, la pobreza más allá de lo que nuestros ojos ven. Ser pobre no es el hecho de no tener dinero, ser pobre es sentirse pobre de espíritu.
Por tanto, sé prudente y cuidado con lo que piensas: el pensamiento genera una energía. Seres de otros planetas de hecho emplean básicamente la telepatía para comunicarse, es decir, son capaces de percibir el pensamiento de sus semejantes. El ser humano de este planeta no ha llegado al desarrollo espiritual y biológico para que la telepatía sea el modo básico de comunicación.
El pensamiento, como decía es una energía que se percibe la inteligencia infinita de la que formamos parte la percibe (Dios desde la concepción agnóstica) y conspira para ofrecértela, es decir, entregarte lo que piensas, lo que deseas y lo que no desea, por ello sé prudente. La oración es precisamente un pensamiento, si bien con carga extra de energía, por ello, la oración es tan efectiva. Por ello se habla tanto de pensamiento positivo, pues el negativo, también se te brinda.




Reflexiona!!. Que tu bienestar se fundamenta en el malestar de otro!!!
Entonces, tu éxito de empresario o de joven empresario, ¿a quien se lo debes?
La abolición del trabajo. Nadie debería trabajar – Jóvenes Empresarios
Autor: Anónimo